miércoles, 30 de octubre de 2013

La política sobre el mercado

La confirmación de la constitucionalidad de la Ley de Medios por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, posición que no sólo sostenía el oficialismo nacional, sino también la Procuración General de la Nación, el Tribunal de Primera Instancia y una importante cantidad de juristas que decidieron conformar la Asociación Justicia Legítima, tiene una importancia que trasciende las fronteras nacionales. En un contexto internacional donde lo que se discute es la conducción del Estado, si es conducido por la política o por el mercado, el Poder Judicial de la Nación sentenció que tiene que ser por la política. Como bien señaló el Profesor Raúl Zaffaroni, la escena que pudimos ver en la audiencia en el máximo tribunal “fue esclarecedora de las distintas posiciones, de las distintas argumentaciones. Pasó en limpio las razones de una y otra de las partes: una posición privatista que eleva el derecho de propiedad a un derecho absoluto, cuando no hay ningún derecho absoluto, ni siquiera el de la vida, y una posición de derecho público que tiene en cuenta precisamente el interés público. Privativismo, a veces elevado a términos del derecho privado romano primitivo, versus derecho público. Es un debate permanente del derecho por otra parte. Lo que se discute siempre de uno u otro ángulo, lo que está en el medio es cierto grado de redistribución de la renta. Si una va al origen del debate, viene del siglo diecinueve en Estados Unidos, con el planteo privatista de la jurisprudencia norteamericana que decía que no se les podía sacar a los ricos para repartir a las pobres, porque se tocaría la parte más creativa de la sociedad y sería una expropiación. A mitad del siglo veinte cambió todo el criterio. Pero la vieja jurisprudencia norteamericana planteaba que todo lo que fuera redistribución es confiscación”.
Así podemos comprender por qué decían que Perón confiscaba, que el socialismo confisca, porque a la justicia social la llaman confiscación. Cada uno de esos derechos recuperados fueron conquistados desde el Estado. En el modelo de Estado que tenemos se gestiona por un tiempo determinado y la manera para acceder a la gestión es a través de un proceso electoral. El que más votos consiga, gestiona. Pero ojo, que como había veces que ganaban los que no quería un sector minoritario que gane, ahora no alcanza con que seas el que más votos sacó, sino que además le tenés que sacar una diferencia determinada al segundo. De esta manera, ponen los medios de comunicación a disposición de pedirle a esa cantidad de personas que no votaron al primero, que voten al segundo. Las mayorías se construyen antes de las elecciones y de eso se trata la política.
Como decíamos, para gestionar el Estado hay que presentarse a elecciones y hay que presentarse a través de partidos políticos. Y para que esos partidos consigan los votos suficientes para gestionar el Estado tiene que hacer política, es decir, acciones colectivas que transformen la realidad de la población, y en un proceso electoral lo que se propone es mejorarles la calidad de vida a las personas. Para llegar a las personas con estas propuestas hay dos medios: el contacto directo, en el territorio por el que circulamos, frente a un grupo de personas, o a través de un medio que te posibilite llegar a muchas más personas de las que podés físicamente. De ahí el valor político de la prensa, desde sus orígenes. La posibilidad de materializar una manera de ver las cosas. Por eso comenzaron a exportarse los televisores. De esa manera fue que bajó un discurso que atenta contra la política, que la política es su enemigo, porque le pone límites a su libre albedrío, a su derecho a hacer con el otro lo que quiera, su derecho a la competencia.
Como consumidores celebramos que existan los Derechos a la Competencia, porque si no nos devorarían mucho más rápido. Pero pensemos qué es esto de que uno tiene que tener derecho a competir. ¿Qué tipo de sujetos estamos promoviendo desde las instituciones que reconocemos como pilares de nuestra nación? Estados Unidos produce sujetos que están dispuestos a cualquier cosa por su derecho a competir, a la estética de la competición. Difundieron por el mundo lo peor del discurso griego, pensar al otro como rival. Vi en un hotel en México un yankee que tenía tatuado en las costillas “Cualquier cosa que hagas, yo la hago mejor”. Looser. Acá repetimos “looser”, la televisión lo in-corporó al vocabulario argentino, porque reconocemos el peso que esa palabra tiene. Donde se trata de ser el número 1, donde no pueden pensar para la sociedad otra forma que la de un triángulo, no se trata de ser un winner, se trata de no ser un looser. Si sos un looser estás condenado y terminás agarrando algunas de las armas que hay en tu casa y ajusticias a todos tus compañeros, a las profesoras, a la psicóloga del gabinete. Divinas y Populares titularon aquí un programa de televisión infantil, copiando la estética que baja del norte, con la diferencia de que en Estados Unidos el sueño es ser uno de los “populares”, acá sabemos a quiénes le tocó caer en ese grupo y por si alguno le quedaban dudas la nombraron “Patito feo.
Argentina ocupa un lugar de referencia mundial en Derechos Humanos, aún con todos los derechos que quedan por garantizar, pero somos los únicos que metimos presos a los militares, a miembros de la Iglesia que colaboraron con la dictadura, a civiles, a empresarios. El fallo de la Corte confirma que es justo que no existan monopolios. Los monopolios de comunicación en el mundo son de capitales financieros. Qué mejor para quien te quiere vender, tenerte el día entero mirando propagandas. Te venden la ropa que usan los actores y en el espacio publicitario te dicen qué días la podés comprar más barata y con qué tarjeta de crédito. ¿Hay “inicio” y “fin” del espacio publicitario?  Esto es un fenómeno mundial. No debemos naturalizar ver a la población de Japón vestida igual que la estadounidense, esto no era así. Fue la colonización cultural con un ejército de televisores. Todo es vendible. Todo sujeto tiene precio.

La disputa que se está dando en el mundo es que interés impera, si el interés colectivo o el interés privado, individual. Estado de Bienestar o imperialismo financiero. La región le puso un freno al poder financiero cuando Brasil y Argentina en conjunto cancelaron la deuda con el FMI, con la renegociación de la deuda que hizo Kirchner. Por eso ahora nos califican mal, porque no lo permiten. No están dispuestos a que la política, lo colectivo, le ponga límites. Porque no permiten que se los prive de su derecho a la propiedad de los títulos “porque ellos pagaron”. “Yo pagué, tengo mi derecho”. En Latinoamérica se cumplió con los derechos de quienes no tenían para pagar nada, por seguir las indicaciones del poder financiero. Que les sirve que no tengas para pagar, para prestarte, para que les pagues con lo que te prestaron, para que nunca dejes de deber. La independencia económica da independencia política, y ellos lo saben. En esta disputa mundial, el fallo de la Corte es un antecedente muy importante para la región y para el mundo entero.