viernes, 5 de agosto de 2011

Quiénes atacan a Zaffaroni. Por qué hay que defenderlo.

Quiénes atacan a Zaffaroni. Por qué hay que defenderlo.

Para poder pensar lo que está sucediendo alrededor del nombre Zaffaroni, debemos preguntarnos por qué contra este hombre. Debemos interrogarnos y preguntar ¿Quiénes hablan? ¿Por qué hablan contra Zaffaroni? ¿Qué han dicho? ¿Cuándo empezaron a hablar? ¿Qué ha hecho Zaffaroni?

ANTES

"Hay algunos medios que tienen una campaña contra mí desde hace tiempo”, dijo el Dr. Zaffaroni, en declaraciones a radio Del Plata, el 13 de julio de 2003, antes de asumir como juez. El nombre de este penalista era conocido por quienes estaban interesados en la política, por ser un ser político, razón por la que unos lo admiraban y otros le temían. Le temen. La repetición incesante de ese apellido en los televisores, nos tiene que llevar a preguntarnos ¿Quiénes hablan en contra de Zaffaroni? ¿Qué dicen? ¿Con qué arman ese discurso? ¿Cómo lo arman? ¿Dónde lo hacen? ¿Cuándo salieron a escribir o hablar? ¿Por qué? ¿Para qué?

Los que le temen lo respetan. Por la misma razón: Zaffaroni sabe de qué se sirve el poder para funcionar y se ocupó de transmitir ese conocimiento. Escribió, encarnó, que “hoy hay bastante acuerdo acerca de que los discursos no deben interpretarse solo a la luz de lo que dicen, sino también –y a veces fundamentalmente- a la luz de lo que callan, o sea, en su función frente a la realidad, como develación y ocultamiento simultáneos.” Razón por la cual, considera que “los políticos cargan con una responsabilidad mundial y los penalistas no estamos exentos de una buena parte de ésta, porque tenemos el deber de usar el poder del discurso para denunciar las debilidades y traiciones inquisitoriales de los políticos, aunque sepamos que esto nos puede acarrear dificultades y, entre otras, la enemistad de las burocracias nacionales y a veces internacionales.”

En esto reside con él el conflicto, estuvo dispuesto a correr el riesgo de develar, de enfrentar al poder. Manifestó cuál era su interés en ser parte del Tribunal Supremo, ya que La Corte encabeza el poder judicial y posibilita bajar una línea teórica a ese poder”. Esa línea teórica algunos la nombran jurisprudencia, lo que implica que un fallo de la Corte sirva de herramienta para otros, al constituirse como precedente. Claramente, una línea teórica distinta a la que se constituye como discurso de verdad al poder de turno. Los poderosos se sirven de quienes escriben, mientras sean funcionales a sus intereses, para sostenerse en las verdades que esos discursos construyen. Esto Zaffaroni lo viene escribiendo hace tiempo y ellos lo leen, porque el poder les interesa.

¿Quiénes se opusieron a la postulación de quien recibiera el premio “Estocolmo en Criminología 2009”, el más importante a nivel mundial? ¿Qué dijeron al oponerse? ¿Dónde?

“La postulación de Zaffaroni genera divisiones en la sociedad” (Editorial LA NACION 27/7/03) “el pensamiento del penalista es manifiestamente anticonstitucional" (Roberto Durrieu, presidente del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires) “sus sentencias "concluyen en un encuadramiento y razonamiento destinado siempre a mejorar la situación del delincuente"(Solicitada en LA NACION del Colegio de Abogados de la Ciudad) . “Zaffaroni dijo que no es marxista” (Titular LA NACION 5/7/03) ¿Por qué? ¿Qué piensa este Penalista para que le digan todo esto? No hay un Estado de Derecho perfecto en que todos seamos iguales ante la ley. Eso no existe y no existió nunca. En la medida que el Estado de Derecho se fortalece, lo encapsula más al Estado de Policía, pero nunca lo suprime. Por eso hablar de un derecho penal garantista es absurdo.(Zaffaroni. En Página/12. 3/7/03). Pero le siguen diciendo garantista, aún quienes lo apoyan.

Claramente las palabras del Juez se contraponen a lo que se escribe y se dice en los medios masivos de comunicación, entendiendo por masivo los que son recibidos por muchos. ¿Quiénes hablaron? Durrieu quien no sólo ha sido abogado de LA NACION, sino de dictadores ¿Dónde hablaron? En LA NACION que alberga a sus dueños. Nos debería interrogar el por qué harían estas cosas, ellos, que representan intereses muy claros: los de unos pocos que no quieren que el Estado intervenga en sus asuntos, lo que se traduce en FFAA (Fuerzas Federales Agrarias Armadas). Debemos contextualizar el momento en que todo esto sucedía, en el que asumía un nuevo gobierno, el de Kirchner, al que se acusaba de izquierda, por otorgarle al Estado otro lugar. Grondona, que es Mauricio, hizo lo mismo con Zaffaroni cuando fue propuesto por Kirchner a la Corte, titulando su columna de LA NACION: “En la Corte, un paso a la izquierda”. Allí manifestó su temor a que “el nuevo ministro represente la punta de lanza de una invasión”. La invasión de quienes consideran la política como la única herramienta que posibilitaría otorgar al Estado el lugar de interventor, que la política que representa Marianito había quitado.

Zaffaroni encarna la política, “Pensar que la Corte Suprema sea apolítica es un absurdo”, manifestó el Juez. Una razón más por la que se montó aquella campaña, que tuvo detrás a Guillermo Alchouron, diputado de Acción Republicana, y ex presidente de la Sociedad Rural Argentina. Este abogado, impugnó la candidatura de Zaffaroni, por no considerar el poder punitivo como la respuesta a la inseguridad. ¿Qué inseguridad preocupaba a Alchouron? La de los ruralistas, por eso este diputado presentó en el 2003 un proyecto para que los delitos cometidos en el ámbito rural no sean excarcelables. Si se hubiera aprobado, cuanto ruralista hubiera terminado preso allá por el 2008. Alchouron no sólo en este momento anda pidiendo la renuncia del primer Juez de la Corte que asumió luego de un concurso, “sin precedentes en la historia institucional argentina”, según LA NACION, sino que también fue el presidente de la Sociedad Rural Argentina, que ayer como hoy, se opone a “la intervención estatal”. Alchouron, fue presidente de la SRA en la rechifla que sufrió Raúl Alfonsín el 13/08/88 en la Rural, mientras les decía a los ruralistas que habían aplaudido a la dictadura. Con ese mismo chiflido hoy lo llaman a ladrar a Ricardito, que de Alfonsín solo tiene el traje.

DURANTE

A pesar de la resistencia de los sectores concentrados, Zaffaroni asumió como Juez de la Corte Suprema, manifestando que llegaba con el interés de fallar respecto a la nulidad de la Ley de Obediencia Debida y Punto Final y el corralito, entre otros temas. Se sabe que votó a favor de la inconstitucionalidad de la ley que posibilitaba a los genocidas no ser juzgados, pero quizá se conoce menos respecto a cuál fue la posición del Juez respecto al corralito y cuál fue la reacción de quienes se vieron perjudicados. Zaffaroni en octubre del 2004 acompañó el voto mayoritario a favor de la pesificación en “el caso Bustos”, considerando que se produjo un “estado de necesidad” que llevó a tomar esa medida, pero solicitó al Jefe de los Fiscales, Esteban Righi, que se realice una investigación para someter a un proceso penal a los banqueros y los funcionarios de De La Rúa. En fallo manifestó que “Si los perjuicios del estado de necesidad deben repartirse entre todos, justo es que la mayor carga la soporten quienes tienen mayor capacidad”. Evalúo que era probable que estos hayan tenido “mayor capacidad de información frente a las maniobras que ocultaban el proceso de deterioro”. Zaffaroni votó que los bancos no tenían derecho a reclamar a quienes, a partir de fallos judiciales, le habían devuelto dólares, además que los bancos “hagan entrega inmediata a sus titulares del importe necesario para adquirir los dólares estadounidenses en el mercado libre de cambios a la fecha de esta sentencia” hasta 70.000 dólares. La reacción la plasmó Mariano Grondona, en una columna titulada “Sólo queda el derecho a la pequeña propiedad”, donde manifestó “Al aplicar este criterio restrictivo sólo a los depositantes mayores de 70.000 dólares, el doctor Zaffaroni considera a su vez que aun en situaciones de emergencia el derecho de propiedad es inviolable, pero sólo cuando es pequeño. A los pequeños propietarios se los debe salvar a toda costa. El criterio distribucionista de Zaffaroni, ¿coincide con el del Gobierno? Así parecería, si se toma en cuenta que, en cada arbitraje que ha tenido que hacer, también el Gobierno demuestra albergar la idea de que lo pequeño es hermoso”. Pero Grondona, no es Clarín, él reconoce que tiene un problema político con el Juez: “La inclinación política de Zaffaroni como simpatizante de Kirchner durante la campaña electoral y sus antecedentes ideológicos como miembro del Frepaso, como juez "garantista" o de "línea blanda" frente al desafío creciente de la delincuencia, como crítico de las leyes de obediencia debida y punto final y como partidario de la extradición de militares argentinos a tribunales extranjeros suscitan, en cambio, fuertes reservas en sectores moderados de la opinión pública y en opositores como el doctor Ricardo López Murphy. Es en el campo político e ideológico, por lo visto, donde nace el debate”. A confesión de parte, relevo de pruebas.

Por esto publicaron “crece la presión”, cuando Zaffaroni manifestó que "si hay demoras artificiales, producidas por negligencia o dolo, eso es motivo de juicio político" para quienes demoren causas por delitos de lesa humanidad. Zaffaroni devela que no están a favor del cumplimiento de la ley, salvo cuando los beneficia. Les dijo respecto al Consejo de la Magistratura, que no ha “observado desde la reforma hasta hoy que se haya manipulado el Consejo para perseguir jueces ni para imponer la nominación de jueces” y esto va en contra de tanta tapa de diario. Es un férreo opositor al discurso de poder que los medios proponen. Zaffaroni atenta contra sus intereses. Por eso lo atacan.

Este Juez de la Corte, como bien dice LA NACION, “se inclina por la solución política” y se opone a la judicialización de la política, no cree en la independencia de los poderes, si no que reconoce el poder de cada uno y su relación.

Mientras la Sociedad Rural y quienes no se oponen a sus intereses, quieren un Estado que les obedezca, Zaffaroni nos advierte que los golpes de Estado en América Latina, desde el 2000 a la fecha, los da la policía. Consideró que con la creación del Ministerio de Seguridad de la Nación“Por fin en la Argentina estamos tratando de resolver una deuda que tenemos desde el regreso a la democracia. No habíamos redefinido nuestra policía”

Debemos defenderlo, defendernos, por su postura, frente a ellos. Porque nos advierte:

“La criminología mediática nos va inyectando una comunicación de entretenimientos que va configurando el marco de interpretación de esa realidad. Esa criminología nos baja de Estados Unidos, y es el desmantelamiento del estado social (que incorpora a los excluidos) para levantar el estado gendarme (cuya única función es mantenerlos en la exclusión por medio de la represión) . Raúl Zaffaroni

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